El sector hace 50 años

 

Desde tiempos muy remotos se conoce la asociación del hombre y la abeja (son de gran importancia las pinturas rupestres halladas en la cueva de Bicorp, Valencia, que atestiguan esta relación). Ya en épocas más actuales sabemos que la miel constituía el único edulcorante conocido, y que además era usado como elemento conservante de alimentos.

 

Centrándonos en Navarra y avanzando a épocas mucho más recientes, podemos comentar que en la zona norte gran cantidad de caseríos colocaban colmenas en los balcones del desván para asegurarse una pequeña producción de miel para el consumo familiar y para la obtención de cera para la iluminación de la casa o para tratar maderas. En otras zonas de Navarra las colmenas estaban contenidas en construcciones llamadas “abejares”, edificaciones cubiertas a un agua en las que se disponían una serie de vasos alargados, generalmente cilíndricos, que albergaban a las abejas (nasas), cuya parte anterior tenía aberturas al exterior que permitían la salida y entrada de los insectos (piqueras) y en la posterior se abría un pasillo de servicio que posibilitaba el acceso a estos vasos para su trabajo.

 

colmena de ramas tejidas Etxalar
 
 
Colmenas rústicas tejidas con ramas en Etxalar

En todos los casos la colmena de uso predominante era la “fijista”, concepto que expresa la inmovilidad de sus elementos, de tal modo que cada vez que había que realizar la cata o castra de miel, se retiraba una mitad de los panales, quedando la otra mitad para la siguiente temporada. El daño causado a la colmena era evidente.

 

En caso de usarse colmenas de tipo “movilista”, cuyos panales pueden moverse sin afectar a la colmena ya que son marcos de madera intercambiables, el modelo predominante era el Layens, colmena llamada de desarrollo horizontal porque cuando el ganado necesita espacio va trabajando nuevos panales situados a los lados de los ya ocupados. Estas colmenas pueden llegar a contener hasta 16 cuadros o panales y se asemejan a un baúl, lo que les confiere unas características muy buenas para realizar trashumancias. Hoy en día todavía hay apicultores que utilizan este modelo.

 

Las colmenas apenas eran trabajadas y se tenían muy pocos conocimientos técnicos de apicultura, utilizando la recogida de enjambres silvestres como sistema de reposición de bajas o aumento del número de colmenas. A este respecto comentar lo dispuesto en el capítulo II del Reglamento de 15 de agosto de 1943 del Derecho Foral, en cuanto a los enjambres:

  • Artículo 8º. El dueño de los enjambres podrá perseguirlo en finca rústica ajena a un cercado, con la obligación de pagar al propietario los daños que le irroguen.
  • Artículo 9ª. Si el dueño del enjambre no hiciere acto de presencia en el fundo ajeno en el primer día de haberse posado en él pierde su derecho sobre el mismo, a no ser que hubiere sido cogido en vaso venturero o se demostrase haber entrado en otro colmenar, en cuyo caso sigue siendo propiedad del dueño del apiario de que aquel salió, si así se comprueba y sin más obligación que devolver otro vaso igual al propietario del venturero o apiario en que el enjambre se cobijó.
  • Artículo 10. Las colmenas nullius que se hallaren en despoblado o carecieren de dueño conocido, pertenecerán a quien las ocupe siempre que las utilice.
  • Artículo 12. Bajo multa administrativa de 25 a 125 pesetas queda prohibido poner ventureros o cajas coge enjambres a menor distancia de 1.000 metros de un abejar cualquiera (esta misma prohibición actualizada en 1.963 eleva la cuantía de la multa a 500-1.000 pesetas).

Con estos artículos del Derecho Foral navarro vemos la importancia que llegó a tener la posesión de colmenas, y por ello no era raro ver a personas, fundamentalmente niños, montando guardia en las inmediaciones del colmenar en época de salida de enjambres para avisar de su partida. También es fácil imaginar las disputas que probablemente se originarían por la propiedad de los enjambres.

 

Abejar en Tafalla
   Abejar en Tafalla